Todos conocemos a alguien que, al ponerse a dieta, toma una postura de “todo o nada”. Es decir, que se esfuerza mucho por mantenerse en línea dentro de una semana y opta por regalarse un día donde pueda comer hasta saciarse o, peor, comer no por hambre o gusto, sino sólo porque la comida está al alcance. Tal vez tú has pasado por esto.

Este círculo vicioso de autoexilio culinario, sobrecompensación calórica y culpa, puede llegar a ser agotador física, mental y emocionalmente. Aunque puede funcionar para algunas personas, la mayoría de las personas terminará arrojando la toalla y volviendo a sus viejos hábitos.

¿Cómo superar esta mentalidad de “todo o nada”? La clave es la moderación. El punto medio. Sigue los siguientes consejos y tendrás mejores resultados.

Sé consistente

Olvídate de los días estrictos y los “cheat days”. En lugar de ello, enfócate en tomar las mejores decisiones de alimentación día a día. Lo perfecto no debe ser enemigo de lo bueno. La búsqueda de la perfección sólo te traerá frustraciones, ansiedad y desmoralización. Evita palabras como “siempre”, “nunca” o “debo”, ya que pueden ponerte una presión psicológica innecesaria.

Ponte metas pequeñas y persíguelas sin caer en obsesiones. Conseguirlas, poco a poco, te ayudará a construir mejor tu confianza.

Evita la negatividad

El filósofo estoico e ilusionista Derren Brown dice que “somos las historias que nos contamos a nosotros mismos”. Lejos de la trampa del pensamiento positivo (no, desearlo con todo tu corazón no va a hacer que pase como por arte de magia), es verdad que la forma en que formulamos la historia de nuestro día a día puede tener un efecto en nuestra propia paz mental. Decirte a ti mismo que eres débil o inadecuado sólo mermarán en tu autoestima y tus resultados. No te digas a ti mismo lo que no le dirías a alguien más; por el contrario, piensa en ti como si fueras alguien que está bajo tu cuidado.

Haz comida que te guste más

Estar a dieta no significa que tengas que eliminar todos los tipos de comida de tu dieta. Si no disfrutas en alguna medida lo que estás comiendo, nunca te sentirás satisfecho y la ansiedad se apoderará de ti. Encuentra formas de añadir ingredientes que te gustan con moderación en lo que comes día a día. Por ejemplo, si te gusta el queso, ponlo en una ensalada de vez en cuando. Si te gusta el chocolate, permítete comer una barra una o dos veces por semana.

Pon expectativas realistas

Si te pones expectativas poco realistas sobre tu pérdida de peso, lo único que estás haciendo es sabotear tu propio progreso. Bajar de peso cambiará algunos aspectos de tu vida, pero no necesariamente como imaginas. Los beneficios verdaderos son mayor energía, mejores horas de sueño, más fuerza y una vida más larga.

Encuentra el equilibrio que ayudará a tu corazón

Platica con tu doctor sobre las opciones que tienes para cambiar tu dieta si así lo necesitas. Es importante que puedas darle a tu cuerpo las herramientas y recursos correctos para mantener tu corazón saludable y tu vida más disfrutable.